La leyenda cuenta que en esa casa, situada en la Alameda Apodaca mas o menos en frente al monumento al Marqués de Comillas, habitaba un marino con su esposa e hija. La hija una hermosa muchacha solo le pedía a su padre cada vez que llegaba de uno de sus viajes un espejo y así lo hacia.
La niña, por lo visto además de bella era una buena niña, ante tanta grandiosidad el padre solo tenía ojitos para ella, aunque pasaran los años el le seguía regalando espejos. Llegando a tener una amplia colección de muchos lugares del mundo.
La madre antes estos agasajos y la poca o nula atención que recibía por parte de su marido discutía a diario con su hija cuando este se encontraba de viaje, era tanta la envidia que en uno de los viajes envenenó a la niña, solo para obtener la atención de su marido.
Al llegar el padre le dijo la mujer que su hija había padecido una grave enfermedad y que había fallecido.
El padre enloquecido no podía creer que su amorcito había muerto y arremetía contra todo y contra todos, cuando entonces vio reflejado en los espejos la muerte de su hija y el envenenamiento por parte de su madre. Al saber lo que había ocurrido este marino logró que la madre confesara y así lo hizo, fue encarcelada muriendo al tiempo, el marino se marchó de la casa de los espejos para no volver nunca jamás.
La casa de un tiempo a esta parte, esta medio abandonada y se cuentan historias sobre esa inmensa finca, que se oyen llantos de niños, que si los espejos dejan de reflejar, que se oyen golpes y peleas… etc.
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Muy bonita la leyenda, me encantan estas historias.
ResponderEliminarAqui también se cuentan muchas, y pasa lo mismo que ahí, que algunos edificios importantes han estado o siguen estando abandonados, con la importancia que tienen para la cultura de los pueblos o la isla en general.
besos Ana!
Bueno... ami me da un algo en esa casa... quita.. quita... (jeje.. es que soy muy "cagona", la verdad).
ResponderEliminarAcabo de leer tu anteror entrada, que no llegue a tiempo, y qué rabia da la impotencia ¿verdad?, bueno.. Ana como tu dices no te queda otra que pagar, y a esa tía ojalá el destino la haga pagar con creces su mala fe ¡¡menuda tipeja!!!... A veces la injusticia, es de todo menos justa.
Un beso fuerte!!!
A mí las casa con "historias" me dan muy mal rollo...Pero esta es una historia bonita,aunque incomprensible la envidia de una madre ante una hija,no????? Un beso Ana
ResponderEliminarCualquier día te robo esta leyenda para mi blog de leyendas jejeje.
ResponderEliminar¡Qué yuyu...!
ResponderEliminarGuuuuuaaaaaaaauuuuuuuu!!! con lo que me molan a mí estas histórias, seguro que no lo hubieras imaginado, jajaja...
ResponderEliminarQue historia tan bonita aunque triste por la envidia de la madre
ResponderEliminarun beso guapa
¿Qué bonita esta historia! No es un tema que me llame especialmente la atención pero en este caso me encantó.
ResponderEliminarBiquiños.
Aiiins, ¡Que historia más triste, XD!
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