02 marzo 2008

Los agotes

A los agotes, nombre peyorativo que varía según los lugares, se les consideraba apestados, leprosos, hechiceros y herejes. Sobre ellos había todo un rosario de supersticiones extendidas para justificar el trato denigrante y discriminatorio que recibían por los prejuicios e ignorancia del pueblo. Los bozatarras o auzokoak (los del barrio) podían acudir a la iglesia, pero debían entrar por una pequeña puerta exclusiva para ellos, utilizar una pila bautismal aparte y sentarse en la parte trasera bajo el coro, porque de ellos se decía que infectaban y transmitía enfermedades. Se les castigaba quemándoles los pies con un hierro candente si pisaban la hierba descalzos porque ésta, decían, no volvía a crecer. Estos abusos se aplicaban en diferentes grados según lugares y épocas, pero todos los sufrieron, no tanto en lo físico, como en lo religioso, lo económico y lo social.

No se les permitía tener más tierras que pequeños huertos para el cultivo de subsistencia, ni hacer uso de los pastos comunales, por lo que no podían dedicarse a la agricultura ni a la ganadería. Eran una etnia endémica, ya que sólo se les permitía casarse entre ellos. Pese a que en Navarra la segregación terminó en 1819, después de que una orden de las Cortes prohibió marginar a los agotes, en Arizkun algunas de éstas prácticas sociales continuaron hasta la mitad del siglo XX. Hace sólo unos 60 años que se tapió la puerta de la iglesia por donde entraban los agotes en un intento de borrar las huellas de un pasado del que casi nadie quiere hablar.

Sin embargo, ser agote es para unos pocos una seña de identidad que no están dispuestos a esconder, o al menos así lo siente el escultor Xabier Santxotena, decidido a reivindicar la memoria de sus antepasados, "acabar con los complejos que aún permanecen", y darles el reconocimiento que merecen como personas trabajadoras y pacíficas, que siempre demostraron una gran sensibilidad artística y respeto por la naturaleza.


3 comentarios:

  1. Buen trabajo, además se dice que eran bien guapos.
    En el pueblo en concreto no gusta mucho que se hagan comentarios sobre el tema, aunque como bien dices Santxotena lo lleva a mucha honra.
    Hay que ver como podemos llegar a ser tan crueles...
    Besitos.

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  2. Madre mia que fuerte,
    esta historia, de lo más interesante me ha gustado un montón (como todas desde que leo el blog).
    Sigue asi.
    Un beso.

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  3. Dios santo! perdona mi ignorancia! pero no tenia idea de estas personas..
    pobres como habran sufrido...!
    abrazos.

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